Inéditas fotos de coronaciones reales a lo largo de la historia: una fascinante mirada al pasado

La familia real no es ajena a los acontecimientos fastuosos cargados de historia y tradición. Y eso es más cierto que nunca cuando se trata de la ceremonia de coronación de un monarca. Los británicos hacen todo lo posible para ofrecer un gran espectáculo cuando coronan a un nuevo rey o reina. Ya sea con la pompa formal de la Abadía de Westminster o con la diversión de las fiestas, Gran Bretaña nunca deja de dar la bienvenida a los nuevos monarcas con estilo.

1. Un rey y una reina

Aquí vemos al rey Eduardo VII y a su reina Alexandra en todo su esplendor real durante la coronación de Eduardo en 1902. Cuando llegó al trono tenía que llenar unos zapatos muy grandes, ya que su predecesora directa era su madre, Victoria. Ella había reinado sobre el Imperio Británico durante casi 64 años. El pobre Eduardo sólo pudo estar ocho años en el trono, falleciendo en 1910.

2. Una duquesa elegante

Aquí tenemos a la novena duquesa de Marlborough vestida con sus elegantes galas para la coronación de Eduardo. Su atuendo incluye una extravagante gargantilla de perlas que bien podría ahogarla. La duquesa era una estadounidense, Consuelo Vanderbilt, que se casó con el noveno duque en 1895, cuando sólo tenía 17 años. Su dote ascendía a 2,5 millones de dólares, una gran suma para la época.

3. Mirones

Enormes multitudes abarrotaron las calles elaboradamente decoradas para ver la procesión de coronación de Eduardo y Alejandra. La fecha original para la ceremonia era el 26 de junio de 1902. Pero Eduardo sufrió apendicitis y tuvo que ser operado justo antes del gran día. La ceremonia se pospuso hasta el 9 de agosto. Algunos se enfadaron por el retraso.

4. Niños pajes

Alexandra de Dinamarca, reina de Eduardo, posa aquí con una selección de sus pajes. Sus trajes son magníficos o ridículos, según el gusto de cada uno. Alexandra lleva una corona tan grande como su propia cabeza. Según la National Portrait Gallery británica, fue elegida para Eduardo con la esperanza de que "una esposa atractiva frenara el comportamiento caprichoso del príncipe".